domingo, mayo 06, 2007

JUANA DE ARCO

Juana de ArcoJuana de Arco nació en Domremy (Francia) en 1412. Su verdadero nombre era Jehanne Darc, y por la pronunciación sería posteriormente transformado en d'Arc. Su padre se llamaba Jacques d'Arc y su madre Isabelle. Nació en una familia de campesinos acomodados, donde ella se ocupaba de los rebaños y las tareas domésticas. A los trece años Juana aseguró haber tenido visiones del arcángel Miguel, Santa Catalina de Alejandría y Santa Margarita de Antioquía, conminándola a llevar una vida de devoción. Años más tarde se sintió llamada por Dios para una misión increíble: dirigir al ejército francés para expulsar a los ingleses y coronar como rey al príncipe Carlos (hijo primogénito de Carlos VI de Francia). Con este objetivo en mente se dirigió a Vaucoueleurs con tan sólo 16 años y le contó a Roberto de Baudricourt que el príncipe Carlos no debía hacer la guerra a sus enemigos porque Dios le había dicho que sería rey de Francia y que ella misma dirigiría su ejército hacia la victoria. Lógicamente no le dieron importancia y la rechazaron. Meses después los ingleses asediaron Orleans y el príncipe Carlos se vio obligado a refugiarse en Chinon. Juana, ante la gravedad de la situación, volvió a reunirse con Roberto de Baudricourt, acompañada esta vez por su tío, para repetirle que debía ver a Carlos y contarle su misión. Pero Baudricourt seguía sin creer su historia. Sin embargo, Jean de Metz, fielde Carlos VII, escuchó el relato de la joven y prometió llevarla ante Carlos. Juana cambió sus ropas de mujer por otras de hombre y se dirigió a Chinon escoltada y ayudada por muchas personas que conocían su historia. El príncipe decidió ponerla a prueba: un familiar se haría pasar por él a la llegada de Juana y él se confundiría entre una multitud. Cuando llegó Juana, ignoró al familiar y encontró a Carlos entre la multitud, a quien le dijo: "Dios os dé larga vida, gentil delfín. El Rey de los Cielos me envía, pues por mí seréis consagrado y coronado en Reims. Eres el verdadero heredero de Francia e hijo del rey". Tras este acontecimiento Carlos se reunió con ella en privado y le hizo a Juana "una pregunta que sólo Dios podía responder". La joven respondió correctamente. Tras muchas pruebas más y un examen de virginidad, llevados a cabo por un consejo de teólogos, Carlos accedió a poner bajo el mando de la joven Juana a un ejército de cinco mil hombres. En Tours establece su casa militar, le fabrican una armadura y le ofrecen espadas que ella rechaza porque desea una que ha visto en sus visiones y que se encuentra enterrada detrás del coro de la iglesia. Junto con sus dos hermanos, Pierre y Jean, se dirigió a Blois para reunirse con los soldados. Con este ejército Juana de Arco logró derrotar a los ingleses y liberar de su asedio a la ciudad de Orleans en 1429. Cumplida su misión, Juana deseaba volver a casa pero su éxito militar en muchas otras batallas provocó que muchos le pidieran que continuara dirigiendo al ejército. Su fama siguió aumentando y su popularidad llegó a estar incluso por encima de la del propio rey Carlos. El rey comenzó entonces a considerarla un estorbo y le encomendó difíciles batallas con pocos soldados. Así, el ataque contra París de 1429 resultó un fracaso, y en el asedio de Compiègne fue capturada por los borgoñones, en 1430. Fue entregada a los ingleses, que la trasladaron a Ruán donde la Inquisición la condenó a muerte por practicar la herejía y la hechicería (conclusión a la que llegaron tras determinar que sus visiones procedían del diablo). Tras el proceso negó sus visiones y prometió no volver a vestirse jamás de hombre, por lo que la sentencia cambió de pena de muerte a cadena perpetua. Sin embargo, días más tarde reafirmó el origen divino de las visiones y voces, y volvió a aparecer vestida de hombre, por lo que fue condenada a la hoguera en 1431, en la plaza del mercado de Ruán. Durante un tiempo se rumoreó que otra joven la había sustituido en la hoguera y que se había casado con Roberto de Armoises. En 1456, el papa Calixto III, a instancias de Carlos V, revisó el proceso y enjuició a quienes juzgaron a Juana, siendo declarada inocente de todos los cargos. Francia la consideró entonces una heroína nacional, símbolo de su unidad, y una mártir. En 1909 fue beatificada por la Iglesia Católica y en 1920 la proclamaron Santa y patrona de Francia. Las lesbianas francesas han adoptado recientemente a Juana de Arco como un símbolo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Como me ponen las lesbis!!!